miércoles, 3 de diciembre de 2008

Un cuento

Una tarde, la princesa vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla decorar un prendedor,
con un verso y una perla y una pluma y una flor
.

La princesa pensaba que la estrella estaba ahí para ella, sólo para ella. Nunca pensó en los entreverados y escabrosos caminos que debería recorrer para alcanzar la caprichosa estrella que desde tan lejos parecía llamarla con un dejo de seducción arrebatadora. Así pues se preparó durante la noche para emprender el camino hacia su preciado tesoro, oculta en la oscuridad de la noche y en silencio, pues sabía que aquella decisión estaba prohibida, tanto por los brujos consejeros, como por la corte a la cual pertenecía. Si era sorprendida sería enfrentada al escarnio público, juzgada, exiliada o muy probablemente torturada hasta enfrentar la muerte. Nada de eso la hacía desistir de su decisión, verso, perla, pluma y flor estaban atesorados dentro de su cofre, sólo le faltaba la estrella deseada.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella que la hacía suspirar
.

Caminó con júbilo y decisión, con la seguridad que le daba su objeto de deseo. Rasgó vestiduras, gastó sus delicados calzados hasta sangrar, mas la estrella deseada merecía eso y mucho más. El dolor seria parte de su conquista al llegar a su destino y cumplir su objetivo.

Fue asaltada, engañada y violentada, pero su deseo era más fuerte y el sufrimiento le daba más energía para seguir adelante. La locura y el capricho eran sus compañeras de viaje.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así
.

Así fue como tras el largo viaje decidido, luego de dormir, la princesa despierta ante el azul oscuro firmamento. No hay estrella, la luz se ha desvanecido, ha dejado de existir, quizás hace millones de años. No fue un sueño, fue la velocidad…


Margarita, está linda la mar,
y el viento lleva esencia sutil de azahar: tu aliento.
Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un "gentil" pensamiento
al que un día te quiso contar un cuento
.(Rubén Darío)

2 comentarios:

IBLOGONDRIACO dijo...

Qué bien!
Este híbrido, entre inspirado e intervenido...

Oparín...
Déjame darte mis congratulaciones porque me ha gustado mucho tu repaso, tu cuento...

Gracias.

Anónimo dijo...

Sobre todo intervenido...
Gracias por tu comentario.