martes, 20 de enero de 2009

VEJENTUD

La juventud añoro,
Se fue un tesoro,
Que bien corría todo el día !
La noche toda era derroche
Tomaba, cantaba,
Pitos pitiaba !!
Recorrí el país a deo,
Todo era gueveo !!
Niña que conocí,
Niña con quien viví,
Sin tener cuidado
De quien estaba al lado,
Quedabamos agarrados,
Super enamorados !!
Nos íbamos a la convivencia
No había ambivalencia ,
El pelo me dejé crecer,
qué bien se me iba a ver !!
Hoy me quedan pocas canas,
De peinarme ni tengo ganas !!
Usaba patas d’elefante ,
Siempre pa’ elante !!!!
Qué grande me sentía,
Sin pensar que envejecería,
Qué época más bella,
No perdoné ni una botella !!!
Viajé por todas partes,
Me creí en un mundo aparte !!!
Más el tiempo pasó,
Miren como me dejó :
Se me arrugo la piel,
Ninguna mujer me es fiel !!
La juventud añoro,
Se fue un tesoro !!
Puede uno pensar :
Que para siempre va a durar ?
Los años pasan sin embargo,
No es muy largo !!
La niña de brillante Mirada,
Se convirtió en vieja amargada !!
Tuvo tantos pretendientes,
Hoy le quedan pocos dientes !!
De ver un femenino talón,
Se me inflamaba el pantalón !!
Hijos hice, cuantos quise !!
Me han despreciado,En la pensión estoy tirado !!
No puedo ni tomar
Todo es malestar!!
Tengo agotado el corazón,
Hasta me cago en el calzón!!!
Tanto recorrí,
Que inmortal me creì!!
Màs bastó un cerrar de ojos,
Aquì me tienen,
no quedan ni despojos !!
Estoy acabado,
Para mì esto se ha terminado !!
Pero quiero seguir,
No me quiero morir!!
La juventud fué un Tesoro,
Es un tiempo que añoro !!
No me alcanzaban.
Las piernas orgulloso me llevaban!!
Musculosas pantorrillas,
Olvidadas las rodillas!!
Ahora que estoy en el ocaso,
Todo me duele,
si quiero dar un paso!!
Nadie se preocupa de mì,
Dicen : « que ya mucho vivì !!
Es el pensar que tengo alma,
Lo ùnico que me da un poco de calma !!
No quiero continuar a envejecer,
Joven quiero volver a ser!!
Recorrer de Nuevo las entrañas,
De esa hermosa extraña!!
Sentir esa intensa sensaciòn,
Que me daba la pasión !!
Pero vuelvo a la realidad,
Ya no se para ni por casualidad !!
Que amargo desengaño,
El paso desenfrenado de los años !!!
La vejez hasta te pone hediondo,
Es una decadencia sin fondo !!
Serà el ataúd,La ùnica salud ??
Pasaba horas ante el espejo,
Mis ojos, ya no me devuelven ni el reflejo !!
No estoy màs en la gloria,
Seguido se me borra la memoria !!
De nada ni nadie me acuerdo,
He dejado de estar cuerdo !!
Tuve tantos amigos,
Hoy nadie esta conmigo !!
Los doctores me avisaron :
« Para esa vida, no es sano !! »
Màs en mi porfía continué,
Sin pensar en la vejez !!
Y aquì me tienen, solo y tirao,
Quien se hubiera imaginao,
Que un dìa habrìa de ser yo !!!
EL VIEJO CULIAOO !!--

Jacinto Fernandez

Aporte de un chileno en francia

Inclompeto...

Disfrutaba de una cálida noche en su bar favorito, que a estas alturas es cualquier taberna que esté llena de humo, cerveza, precios módicos, mujeres y buena música de fondo. Llevaba ahí un par de horas disfrutando de la libertad mental que le otorgaba su elixir favorito, ¡de cómo cuando baja por su garganta! ese frío líquido de gusto amargo le quitaba responsabilidades heroicas que tenía que cumplir.
La conversación era una divagación eterna, los asistentes que rodeaban su mesa discutían de detalles y de que no se ponían de acuerdo acerca del mejor libro que se parió en este lado del mundo, en fin, una discusión sin punto final…
Su cabeza navegaba, en cada bocanada de humo de sus cigarrillos, en cada sorbo de su vaso, venía a su cabeza esa sensación de estar en el aire, expandirse a voluntad del humo que jugaba en el aire entre una y otra opinión, que estaba en los espacios dejados al aire, que escuchaban todo y se complotaban con las ideas expuestas por cada uno de los bohemios.
No pasó mucho tiempo de paz, es tradicional que en lugares como estos haga su aparición estelar y meta su cola cierto personaje, llámenlo como quieran, que provoca desmanes e imbecilidades humanas bajo el efecto de la liberadora pócima de color amarillo, comenzó el maldito personaje a pulular entre mesas, comentando cosas a los oídos de los parroquianos, cosas de alto contenido ofensivo, paranoias entre algunos asistentes más vulnerables, odiosidad y el aire se hizo más pesado, llegando incluso a desaparecer el humo juguetón del que antes hacía mención. Nuestro héroe, como siempre, atento a la conversación, pero siempre atento al entorno también, notó la mala leche del personaje y sus metidas de cola, cosa que lo mantuvo atento y prevenido.
Por momentos volvía en la calma al lugar, pero el maldito personaje seguía metiendo odiosidades y conceptos de tipo bélicos en las cabezas de los asistentes hasta que sus medidas surtieron efecto y comenzaría una pelea entre los bebedores de aquella noche…
Ágilmente saltó por encima de varias mesa y pateó el pecho del maldito personaje, al momento del contacto el tiempo en el bar se congeló, solo nuestro héroe y el personaje odioso siguieron en movimiento, luego de la patada, el engendro voló unos metros y solo se detuvo cuando golpeo la pared, antes de que reaccionara Pilsen saltó sobre él y procedió a patearlo, en un movimiento rápido el enemigo tomó un pie de Pilsen y lo arrojó contra unas mesas y sillas que estaban amontonadas, que al recibir el impacto de su humanidad cayeron sobre él.
El resto del bar seguía detenido, nuestro héroe apenas se movía bajo todo el mobiliario, aprovechó el innombrable de ponerse de pie y reír de buena gana, las carcajadas rebotaban en las sucias paredes de la cantina, caminó maldiciendo al malherido: “Maldito hijo de puta!!! A cuantos ascendentes míos mataste? Cuantas generaciones de los nuestros temiendo tu castigo… jajajaja! Y hoy en el lugar que más frecuentas y con uno de los elementos que más utilizas le pondré fin a tu existencia y de paso nos liberaremos de tu justicia eterna!!!”, luego del discurso procedió a tomar una botella de cerveza vacía la cual rompió en una de las mesas que cubrían a Van, el sonido de una botella de cerveza le rompió el corazón, mucho más que sentir que su fin estaba cerca…
El liquido escurrió por entre medio de las sillas y mesas amontonadas hasta caer sobre los labios de nuestro sediento favorito, mientras el “colúo” lo toma de la pierna y comienza a jalarlo para sacarlo de abajo del montón. Cuando logró sacarlo lo tuvo tirado sobre el piso listo para finalizar su tarea y así vengarse de muchas generaciones de su casta endemoniada, tomó la botella rota y con el filo del vidrio pretendía apuñalar hasta destruir al justiciero por completo...


Continuará…

P.S:Al que se le ocurra el final que lo haga...

martes, 13 de enero de 2009

Regando

Regando, andaba regando mi ser por este mundo, donde había habido momentos de sequía, y de inundación ahí había estado. Elegía lo que regaba y también cuándo y dónde.
Hace algunos meses empecé, o más bien tomé conciencia de la extraordinaria labor que cumplía.
Regar no es una labor fácil, pero tampoco es considerada digna o deseable, se la ve como un oficio que cualquiera puede cumplir y para lo cual no se necesita estudio ni preparación.
Pues bien, heme aquí regando desde hace ya muchos años, inconsciente de la magnitud de mi trabajo.
Fue una noche de otoño cuando por primera vez y de un modo casi fortuito, tomé razón del don que mi labor requería. Aquella noche de otoño, de modo imperceptible empecé a regar lo que en ese momento semejaba un arbusto, frondoso y algo desvencijado. No tengo certeza de por qué lo hice, sólo fue producto del cumplir una labor que si bien había dejado de efectuar, me era inherente. El goce del momento, el regocijo de la acción, bien valieron la pena de gastar mi preciado elemento.
Cuál sería mi sorpresa al darme cuenta de que con el paso del tiempo el mencionado arbusto fue, con el tiempo y el agua, creciendo cada día más frondoso, pero aún más me sorprendía el ver cómo sus raíces se mostraban vigorosas y con el tiempo engrosadas y profundas.
No podía ni quería separarme de mi función y menos del tan querido arbusto. No me movía. Trataba de no alejarme para poder observar, generalmente con la luz de la luna y el amanecer, la maravillosa imagen de su desarrollo. Lo que más me impactaban eran sus raíces (creo que sólo por estos días me logro explicar el por qué) entreveradas, malformadas y algo viciosas.
Sólo me permitía algunos momentos para continuar regando el resto de las plantas que había tomado (o que por años habían estado) a mi cargo. Movilizarme se me hacía difícil y no lo podía explicar, no quería, ni tenía la necesidad. Esta surgió (la necesidad) duramente frente al cuestionamiento propio y ajeno, especialmente el propio. Cómo no hacerlo cuando vi con temor que uno de mis pies se había atorado entre las raíces del arbusto, sacarlo era dificultoso por no decir imposible. Me vi enfrentada a la toma de decisiones, cuestión fatal para una persona de mi tipo, absolutamente indecisa.
El suceso era vital, debía tomar una determinación la que sabía me provocaría dolor y nostalgia. Había que hacerlo pues mi labor debía continuar y tenía responsabilidades para con las otras plantas del lugar.
Llorando tomé un hacha, pequeña y filosa. Me oprimía el pecho cuando el reflejo de la luna destelló sobre ella. Con una discreta lágrima en mi cara y con manos temblorosas empecé a golpear las raíces de mi querido arbusto. Sabía que él no iba a morir, sabía que en el acto era más probable que el dañado fuera mi pie, pero no dudé en hacerlo, seguí lentamente hasta que en el corte final me desarmé en llanto no sólo por mi pie herido, no sólo por eso, sino que también por mi movilidad recuperada.