martes, 20 de enero de 2009

Inclompeto...

Disfrutaba de una cálida noche en su bar favorito, que a estas alturas es cualquier taberna que esté llena de humo, cerveza, precios módicos, mujeres y buena música de fondo. Llevaba ahí un par de horas disfrutando de la libertad mental que le otorgaba su elixir favorito, ¡de cómo cuando baja por su garganta! ese frío líquido de gusto amargo le quitaba responsabilidades heroicas que tenía que cumplir.
La conversación era una divagación eterna, los asistentes que rodeaban su mesa discutían de detalles y de que no se ponían de acuerdo acerca del mejor libro que se parió en este lado del mundo, en fin, una discusión sin punto final…
Su cabeza navegaba, en cada bocanada de humo de sus cigarrillos, en cada sorbo de su vaso, venía a su cabeza esa sensación de estar en el aire, expandirse a voluntad del humo que jugaba en el aire entre una y otra opinión, que estaba en los espacios dejados al aire, que escuchaban todo y se complotaban con las ideas expuestas por cada uno de los bohemios.
No pasó mucho tiempo de paz, es tradicional que en lugares como estos haga su aparición estelar y meta su cola cierto personaje, llámenlo como quieran, que provoca desmanes e imbecilidades humanas bajo el efecto de la liberadora pócima de color amarillo, comenzó el maldito personaje a pulular entre mesas, comentando cosas a los oídos de los parroquianos, cosas de alto contenido ofensivo, paranoias entre algunos asistentes más vulnerables, odiosidad y el aire se hizo más pesado, llegando incluso a desaparecer el humo juguetón del que antes hacía mención. Nuestro héroe, como siempre, atento a la conversación, pero siempre atento al entorno también, notó la mala leche del personaje y sus metidas de cola, cosa que lo mantuvo atento y prevenido.
Por momentos volvía en la calma al lugar, pero el maldito personaje seguía metiendo odiosidades y conceptos de tipo bélicos en las cabezas de los asistentes hasta que sus medidas surtieron efecto y comenzaría una pelea entre los bebedores de aquella noche…
Ágilmente saltó por encima de varias mesa y pateó el pecho del maldito personaje, al momento del contacto el tiempo en el bar se congeló, solo nuestro héroe y el personaje odioso siguieron en movimiento, luego de la patada, el engendro voló unos metros y solo se detuvo cuando golpeo la pared, antes de que reaccionara Pilsen saltó sobre él y procedió a patearlo, en un movimiento rápido el enemigo tomó un pie de Pilsen y lo arrojó contra unas mesas y sillas que estaban amontonadas, que al recibir el impacto de su humanidad cayeron sobre él.
El resto del bar seguía detenido, nuestro héroe apenas se movía bajo todo el mobiliario, aprovechó el innombrable de ponerse de pie y reír de buena gana, las carcajadas rebotaban en las sucias paredes de la cantina, caminó maldiciendo al malherido: “Maldito hijo de puta!!! A cuantos ascendentes míos mataste? Cuantas generaciones de los nuestros temiendo tu castigo… jajajaja! Y hoy en el lugar que más frecuentas y con uno de los elementos que más utilizas le pondré fin a tu existencia y de paso nos liberaremos de tu justicia eterna!!!”, luego del discurso procedió a tomar una botella de cerveza vacía la cual rompió en una de las mesas que cubrían a Van, el sonido de una botella de cerveza le rompió el corazón, mucho más que sentir que su fin estaba cerca…
El liquido escurrió por entre medio de las sillas y mesas amontonadas hasta caer sobre los labios de nuestro sediento favorito, mientras el “colúo” lo toma de la pierna y comienza a jalarlo para sacarlo de abajo del montón. Cuando logró sacarlo lo tuvo tirado sobre el piso listo para finalizar su tarea y así vengarse de muchas generaciones de su casta endemoniada, tomó la botella rota y con el filo del vidrio pretendía apuñalar hasta destruir al justiciero por completo...


Continuará…

P.S:Al que se le ocurra el final que lo haga...

1 comentario:

oparín dijo...

lo hiciste!!!!
BAKÁN